domingo, 24 de enero de 2010

SUGERENCIAS AL DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA DE NAVALAFUENTE.*

1. Sobre el crecimiento de suelo urbanizable y de población.

Según los datos de población que nos suministra el Avance del Plan General, los habitantes de Navalafuente han pasado de 588 en el año 2001 a 1039 en el 2008, lo que significa un importante crecimiento cercano al 75%. La propuesta de crecimiento poblacional de este Plan General supone el aumento de 1575 habitantes para el municipio, esto es superar en un 150% la población actual.
En cuanto a superficie se parte de un suelo urbano de 1.282.677m ² al que se sumarían 1.996.206m² , lo que vuelve a superar un 150% al suelo ya urbano.
No es creíble que el mismo documento que nos habla de desarrollo sostenible defienda crecer tanto cuando a pesar del enorme crecimiento sufrido en la última década aún queda en el municipio suelo urbano por consolidar y hoy es más real la oferta de vivienda que la demanda, fruto del abuso que durante esta década se ha hecho de un urbanismo exagerado e insostenible.
Es precisamente el expolio de suelo agrícola y ganadero , la especulación y la concentración en una economía basada en la construcción lo que propició una ley del suelo que sin poder resolver ya el desastre intentó poner freno a esos crecimientos anormales. El Real Decreto Legislativo 2/2008 , del 20 de Junio , por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Suelo , en su disposición transitoria cuarta obliga a revisar cualquier planeamiento de crecimiento superior al 20% por no considerarse un criterio mínimo de sostenibilidad.
No es posible que argumentando la necesidad de dar mejores servicios a los ciudadanos, crear vivienda protegida y mayor colmatación del pueblo el que tenga que pagar sea el Medio Ambiente, ese Medio Ambiente privilegiado de Navalafuente que reconoce este Avance de Plan General.
El argumento sobre el deseo de crecer como una “ mancha de aceite” resulta mas que curioso porque una mancha de aceite en poco se parece a una rosquilla que es a lo que se parece el pueblo con este Avance de Plan General, es decir ,suelo urbano rodeando un Monte Preservado. Para unir esas zonas urbanas “deslavazadas” que la herencia urbanística ha dejado al municipio no es necesario extenderse por el noreste del municipio ya que todas las zonas que están sin conexión entre sí pasarían a estarlo utilizando el suelo urbano aun no consolidado. Además todas esas zonas que se pretenden colmatar están en el sur y el oeste del pueblo y no en el noreste que es por donde está una tercera parte del suelo urbanizable propuesto por este Avance del Plan General.

2. Sobre la ocupación de una parte de un Monte Preservado y de como se resuelve.

Es comprensible que el Ayuntamiento quiera evitar el paso por el centro del pueblo del tráfico de automóviles y ante la posibilidad de hacer una circunvalación por el noroeste del municipio que es la alternativa 2 del Plan , deciden hacer esa circunvalación por el sur lo que supone adoptar la alternativa 3 , sin duda la más problemática, porque para hacer una carretera recta que de servicio a las futuras zonas urbanas tienen que cambiar la clasificación de un suelo que hoy es Monte Preservado para lo cual se proponen cambiar también la clase de suelo de una zona próxima al centro del pueblo, que hoy no está protegida y darle la calificación de Monte Preservado. Esto no se puede hacer , la ley 16/1995 de 4 de mayo, Forestal en su artículo 42 dice claramente que debe ser “ la Agencia de Medio Ambiente quien debe informar preceptivamente los instrumentos de planeamiento urbanístico que afecten a la transformación de suelos forestales en suelos urbanos o urbanizables. Dicho informe será vinculante cuando los terrenos estuvieran catalogados como de utilidad pública, protectores, protegidos y preservados” .
No puede ser el Ayuntamiento quien por iniciativa propia decida sin informe favorable, (que no hemos encontrado en el Avance), la ocupación de una zona de Monte Preservado y tampoco que el mismo consistorio sea quien le otorgue esta calificación a una zona que no está ya protegida, el municipio no es competente para tomar estas decisiones y además es evidente que el valor medioambiental del Monte Preservado sobre el que se pretende actuar no debe ser el mismo que aquel sobre el que el Plan no actúa cuando la autoridad medioambiental no lo considera, el valor de conservación de un suelo no se debe decir en un despacho sin una realidad física que lo justifique
Tampoco es razonable dejar aislada una dehesa rodeada de urbanizaciones, como quedarían los pastizales que se pretenden proteger a cambio de urbanizar los Montes Preservados. Nunca tal parque adquiriría el valor medioambiental del Monte Preservado que se destruye y solo serviría para extender aún más la huella del urbanismo, el expolio de suelo y la degradación ambiental. El urbanismo sostenible es compacto y no desperdicia suelo útil a los ecosistemas o la producción primaria.

3. Sobre la ocupación del Arroyo de la Gargüera y del Arroyo Albalá .

Este Avance plantea el cauce del Arroyo Gargüera como frontera entre dos de los sectores a urbanizar, el SUZ-R5 y el SUZ-R6 siendo hoy precisamente este arroyo el protagonista de los recorridos turísticos propuestos por el ayuntamiento a los turistas que visitan el pueblo en su Ruta del Cancho, en el futuro parte de ese paseo será entre parcelas de viviendas y es probable que la urbanización empeore el estado de conservación del ecosistema acuático , todo lo contrario de lo que pretende la ley de Aguas Real Decreto Administrativo 1/2001 en su capítulo V.
El arroyo Albalá hoy no esta afectado por ninguna zona urbana de Navalafuente pero el Avance del Plan General rodea el cauce de este arroyo de suelo urbanizable no sectorizado en una lengua de suelo que asciende hacia el norte olvidándose de la vocación de colmatadora
de este Plan. Si todo el crecimiento hacia el norte es innecesario este aún más porque es una parte con grandes pendientes lo que su urbanización puede ocasionar riesgo por las crecidas del arroyo y multiplicar la erosión y también porque es un cauce virgen que se verá gravemente afectado como consecuencia del cambio de uso del suelo que lo rodea.


4. Sobre la documentación.

Hemos observado que en varios momentos del Avance se hace mención al Estudio de Impacto Ambiental, sin embargo a pesar de que debe existir no ha sido facilitado por los funcionarios del Ayuntamiento incluso cuando ha sido requerido, así como tampoco se ha facilitado el informe de la cuenca hidrológica, ni por supuesto el que permite urbanizar zonas protegidas.
El Real Decreto Administrativo 2/2008 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la ley del Suelo establece en su artículo 15 que “ los instrumentos de ordenación territorial y urbanística están sometidos a evaluación ambiental de conformidad con lo establecido en la legislación de evaluación de los efectos de determinados planes y programas”.


5. Sobre el desarrollo sostenible.

El Avance del plan General de Navalafuente hace en varios momentos referencia al desarrollo sostenible por ejemplo como justificación de la creación de suelo para actividades económicas y eso, entendemos si es desarrollo pero no sostenible porque se degrada una zona no urbanizada para actividades industriales o comerciales.
También aparece como justificación de un crecimiento sostenible la creación de espacios con vegetación en círculos concéntricos lo cual como ya hemos mencionado antes supone en realidad la degradación de dehesas innecesariamente y extensión del casco urbano de una forma nada beneficiosa para el Medio Ambiente.
Hemos observado que como es costumbre últimamente se utiliza la palabra sostenible para cualquier cosa que pretende parecer respetuosa con el Medio Ambiente aunque no lo sea. Ni la cantidad de suelo urbanizable, ni la forma de urbanizar, ni la densidad de 20 viviendas por hectárea parecen responder para lo que se debe entender como desarrollo sostenible porque el extenderse de tal manera por el término municipal va totalmente en contra de la eficiencia que se esperaría en un desarrollo urbano equilibrado, respetuoso y sostenible.


Por todo esto, solicitamos sean tenidas en cuenta nuestras sugerencias en la elaboración definitiva del Plan General de Ordenación Urbana de Navalafuente.

* Alegaciones Presentadas por Ecologistas en Acción

   Urbanismo Navalafuente

jueves, 7 de enero de 2010

El principio del fin de la Sierra de Guadarrama

Carlos Miranda


    Es bien sabido que el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid, con Esperanza Aguirre a la cabeza, está sabiendo aprovechar bien los privilegios que le concede el poder para beneficio propio y de sus amigos; el negocio inmobiliario en Madrid está concentrado en unas pocas “familias” afines al PP regional. Basta recordar cómo llegó el PP al gobierno de la Comunidad de Madrid —recordemos que el PSOE había ganado las elecciones del 25 de mayo de 2003 y que, gracias al sospechoso transfuguismo de dos miembros del PSOE de la Asamblea Regional, se volvieron a convocar unas segundas elecciones en las que el PP se alzó con la victoria— para darnos cuenta de los intereses inmobiliarios que había en juego.

   Desde hace ya unos años asistimos a una proliferación sin freno alguno de la construcción y de los precios de los inmuebles que está poniendo en serio peligro la sostenibilidad de un desarrollo que obedece únicamente a los intereses de las empresas constructoras con el beneplácito del gobierno regional y municipal; prueba de ello es la vertiginosa expansión de nuevas construcciones y barrios mientras un altísimo porcentaje de las viviendas en Madrid siguen estando deshabitadas.

   Un plan general de ordenación urbanística consiste, en teoría, en la ordenación del crecimiento urbanístico que se va a soportar en un futuro próximo para que los habitantes de los correspondientes municipios vivan mejor, haya más servicios y, en definitiva, para que la calidad de vida de sus habitantes aumente. El modelo que se ha planteado para las poblaciones de la Comunidad de Madrid es similar en todas ellas, se trata, sobre todo, de obtener suelo para construir; todo ello prácticamente sin ninguna actividad inspectora —en la Comunidad de Madrid hay sólo cuatro inspectores de urbanismo y este trabajo se delega en empresas privadas que hacen estos planes a la carta—. Este modelo especulativo, sin embargo, no está basado en las necesidades reales de la población de todos los municipios con planes de ordenación urbanística, ya que no se contempla un crecimiento sostenible que tenga en cuenta los problemas que hoy en día existen en cuanto a las infraestructuras sociales —como la falta de centros hospitalarios o educativos—, la economía y la protección del medio ambiente; como si la única manera de obtener ingresos económicos estuviera limitada a la construcción; a parte de esto, no existe una demanda real de tal crecimiento, ya que éste se sitúa muy por debajo de la proyección urbanística. La mafia urbanística y política, por ejemplo, que hay en la Sierra de Madrid está poniendo en peligro el pulmón de la Comunidad. Una clara evidencia de esto lo tenemos en municipios como el de Guadarrama, donde el 30% del plan general del año 1985 todavía no se ha completado y donde se está intentando urbanizar nuevo suelo sin que se haya agotado aún el suelo apto para construir. Todo ello con las lógicas prisas para que la población no sea muy consciente de la dimensión del plan que el Gobierno municipal quiere llevar a cabo en tres fases, con una primera fase que daría cabida a entre 4.000 y 5.000 personas; Guadarrama hoy en día tiene 13.700 habitantes. Según la Plataforma Ciudadana de Guadarrama, esto supondría una población en el municipio en unos pocos años de unos 40.000 habitantes, es decir, triplicar la población, saturando el municipio de vehículos, lo que supondría la necesidad de una circunvalación para dar cabida a esos vehículos y la construcción de una terminal de autobuses que se adaptara a la nueva situación. Estos planes de expansión lógicamente afectan a los municipios colindantes, aunque estos últimos llevaran a cabo un plan más justo, consensuado y sostenible. Otro grave problema que hay que añadir a los anteriores es el tema del agua. Los niveles freáticos, según la propia Administración, están bajando alarmantemente; a esto habría que añadir la tremenda sequía que padecemos desde hace unos años. Si ya en verano notamos una menor presión del agua en nuestras casas debido al aumento de población vacacional, ¿qué pasará el día que se triplique la población de municipios como Guadarrama?

   Un caso similar se nos presenta en Galapagar, municipio de unos 26.500 habitantes, donde el equipo de Gobierno somete durante este mes de agosto a exposición pública el PGOU. Este plan que contempla la construcción de 9.000 viviendas que albergarían a 26.000 nuevos vecinos se ha presentado públicamente de manera apresurada en periodo vacacional —convendría recordar que, si se ha esperado 30 años (las Normas Subsidiarias son de 1976), no se comprende por qué no se puede esperar unos meses y ampliar de esta forma el plazo de alegaciones dando facilidades a aquellos que en agosto no están en el municipio—, negando con ello el derecho de información y réplica de muchos de sus ciudadanos. En el PGOU de Galapagar se contempla además, entre otras obras, la construcción de una zona industrial en el norte del municipio, una variante y un anillo de circunvalación y un campo de golf en una zona considerada de protección.

   Desgraciadamente, y al mismo tiempo, el proyecto de la declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama no está exento de esta presión urbanística. La participación del Estado en la gestión de los Parques Nacionales ha quedado reducida a la mínima expresión dejándole sin prácticamente ninguna competencia en favor de las correspondientes comunidades autónomas. Evidentemente, esta transferencia de gestión puede resultar muy dañina para espacios que merecen la máxima protección y que, en el caso de Madrid, se desarrolla en función de estos planes dejando fuera de los márgenes que ponen límite al Parque zonas de vital importancia ecológica y medioambiental como son las zonas adehesadas. En una de estas zonas adehesadas, la finca Monesterio, de gran valor medioambiental, histórico y cultural —esta superficie está dentro de la Gran Cerca de Felipe II, pendiente de declaración de Bien de Interés Cultural, donde además se encuentran yacimientos arqueológicos como el del Cerro del Oro—, se proyecta una de las más salvajes especulaciones urbanísticas. San Lorenzo de Monesterio será el nuevo nombre de esta futura población. El Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial, con su alcalde José Luis Fernández Quejo —uno de los más despiadados especuladores de la Sierra de Guadarrama con sentencias contrarias y otras tantas pendientes— a la cabeza, pretende construir 7.000 nuevas viviendas, un polígono industrial, centros comerciales, etc., para dar cabida a más de 18.000 habitantes; convendría recordar que San Lorenzo de El Escorial tiene actualmente unos 15.000 habitantes censados y 1.423 viviendas vacías. Esta finca está situada a 15 kilómetros del casco urbano de San Lorenzo de El Escorial es de muy alto valor ecológico, ya que se trata de un paraje con una extensión de unas 300 hectáreas —superficie mayor que el propio casco urbano y las urbanizaciones de San Lorenzo de El Escorial juntos— donde se combinan fresnedas y otros árboles (sauces, melojos, encinas, chopos, quejigos, olmos, álamos, robles, etc.) y humedales con zonas de pastizal de pie de monte, y es hábitat de numerosas especies de mamíferos (gato montés, jinetas, etc.), aves (cigüeña negra, águila imperial —es territorio de dispersión y de caza de esta rapaz—, etc.), anfibios y reptiles protegidos por la Comunidad de Madrid. Este plan urbanístico al mismo tiempo afectará a los propios municipios colindantes (Guadarrama, Collado Villalba, Galapagar, Los Negrales, Alpedrete y El Escorial), al río Guadarrama (lugar de interés comunitario [LIC]), a la vía pecuaria que une San Lorenzo de El Escorial con Collado Villalba y saturará las carreteras, la salida a la AP-6 y el polígono industrial de Villalba con la consiguiente contaminación atmosférica, acústica y lumínica.

   Esto son sólo tres ejemplos que sirven para ilustrar la situación a la que se está llegando. Para evitar que toda esta depredación se lleve a cabo irreversiblemente existen fórmulas que incluyen la participación de los ciudadanos y la armonización de las necesidades sociales, ambientales y económicas. Un ejemplo claro es el desarrollo de la Agenda 21 local. Si no se ponen en práctica estas alternativas, la Sierra de Guadarrama esta avocada a la destrucción; ahora más que nunca se necesita la concienciación ciudadana y su acción ante tal injusta barbarie.